“Con mi libre
albedrío haré lo que quiera”,
Le dijo el
Hombre a Dios, recostado sobre el árbol prohibido
Dio un
mordisco a su manzana
Abrió grande
los brazos
Y gritó con
todas sus fuerzas
Para que Dios
lo tuviera claro
Y entonces
Dios dijo “Es cierto,
¿qué puedo
objetarle si con ese fin se lo he dado?”
Después de
ese acontecimiento fortuito,
Ya saben
ustedes qué nos ha deparado la
Historia...
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